Desde la más grande historia de amor de todos los tiempos, aprendió que no hay mayor adicción que la adicción a la idea del amor no correspondido. Bueno. Quizá sí hay una peor. La del amor que sí se corresponde. Pero en su caso particular debía de preguntarse: ¿qué es lo que se corresponde? ¿Sería acaso la locura? ¿El diálogo entre fantasías torcidas que encuentran en la torcedura del ser amado una endeble prueba de su propia rectitud? ¿El diálogo de los cuerpos desnudos que combaten así sea efímeramente a la adicción y a la locura? Por suerte la compasión intervino. Y el destino también. Para prevenir el pasaje al verdadero deseo compartido. El de dejar de respirar.
Ilustración: Zsu Szkurka
Dirección de video: Lizbeth Ibarra