Del diario viniste y en el diario desembocas. ¿En verdad creías que lo escribías tú y no nosotros? Buscabas la luz, y la luz encontraste. La perpetua. La que no descansa. Con la que no descansas. Para que no descanses. Hasta que ya descanses. La manivela que pone a bailar a los dedos y cambia hasta el sentido de los números. ¿Ya aprendiste a amarla? ¿Estás listo para traicionarla? ¿Cómo pretendes ser un cuerpo si ya no sabes ni dónde está tu mente? Si cada número es un sonido, las paredes que te encierran han sido todo este tiempo inmateriales.
Ilustración: Zsu Szkurka
Dirección de video: Lizbeth Ibarra